Su acceso remoto, es una invitación abierta para todos sus huéspedes y visitantes a
desconectarse de la rutina. Ya sea a través de sus
senderos, naturaleza o exclusividad de sus cenotes,
la propiedad está llamada a convertirse en un
punto de referencia para el viajero en busca de
nuevas experiencias.
La Selva Maya nutre no sólo la mirada, sus aromas
se instalan en la memoria colectiva y hace que sea
difícil olvidar. Es un santuario de silencio y vida, de
reconciliación con uno mismo, con el entorno y lo
natural. En ella, el silencio se vuelve música. Se trata
del hogar de una cultura viva, heredera de una
sabiduría ancestral y una de las más vibrantes de
nuestro país.
Un inmenso territorio tropical que se extiende
desde el sureste de México, Belice y hasta el norte
de Guatemala, la selva maya es uno de los más
grandes tesoros naturales.